Y por último, una pequeña historia sobre esta construcción.
El antiguo palacio sobre el puente había sido la residencia de los reyes durante más de dos siglos. Al morir el último rey, sin embargo, sus dos hijos se disputaron la herencia sin tregua. En el fragor de los combates el palacio quedó destruido por un incendio y el reino, dividido. El río marcó la frontera entre los dos nuevos estados y el puente, superviviente de la destrucción, sería su único nexo.
Los hermanos se aprestaron a fortificar cada uno su propia orilla, tratando de competir en la altura y solidez de su fortaleza. Durante largos años el puente, que antaño simbolizaba la unión del reino, se había convertido ahora en la bandera de la división. Y ahora, años después, sonaban de nuevo las trompetas de la guerra.
Cada fortaleza enarbola el antiguo pabellón real, pero cada hermano posee su propia enseña. Los soldados se aprestan a combatir de nuevo sobre el puente.
Los soldados son del ajedrez Dunkin. Como son un pelín estáticos, podría decirse que están en el momento previo a la batalla, con sus oficiales parlamentando en el centro del puente y los dos reyes mirando...